Eso debieron preguntarse hace poco desde la NASA para tener, actualmente, la Banda Sonora de la Vía Láctea.

A través de la traducción de los datos que recibía el telescopio Chandra y mezclaros, como si de una mesa de mezclas se tratara, con los conseguidos por los telescopios Hubble y Spitzer.

El proceso que han usado ha sido el llamado sonorización, que explicado, es la traducción de los datos a sonidos, es decir, los códigos numéricos 0 y 1 pasan entonces a ser notas.

El resultado conseguido, totalmente relajante en sus sonidos finales, daría cuenta de cómo suenan las estrellas de la vía láctea, un nuevo paso para comprender el entorno en el que nos encontramos.

A través, además, de una imagen de la galaxia, han querido explicarlo los responsables “La luz de los objetos ubicados en la parte superior de la imagen se escuchan como tonos más altos, mientras que es la propia intensidad de la luz la que es capaz de controlar el volumen. Las estrellas y las fuentes compactas son notas individuales, mientras que las nubes extendidas de gas y polvo producen un esquema que se repite constantemente, pero que va evolucionando. El crescendo tiene lugar al llegar a la región brillante en la parte inferior derecha. Aquí es donde está el agujero negro super masivo de 4 millones de masas solares en el centro de la galaxia, conocido como Sagitario A“.

Y todo ello tomando como referencia una superficie de 400 años luz de diámetro de la galaxia en la que habita la Tierra.

Pero esto es solo uno de los temas de la Banda Sonora ya que, siguiendo el mismo proceso, se han creado otras sonorificaciones a partir de Pilares de la Creación (a partir de los restos de la supernova Cassiopeia A y de los propios pilares en Mesier A16).

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